Si cuando nos encontramos utilizando las lentillas, vemos que uno o ambos ojos se han enrojecido sin causa aparente (aire acondicionado, viento, calefacción….) deberemos quitarnos las lentillas y esperar hasta el día siguiente. Si el enrojecimiento ya no existe, podemos volver a ponernos las lentillas. En caso que vuelvan a enrojecerse, quitar las lentillas y visitar la consulta con nuestro contactólogo.
Si al poner una lentilla de contacto, percibimos una molestia nada habitual, se debe quitar la lentilla, enjuagarla y a ser posible, hacer un lavado de la parte anterior del ojo (instilar 4-5 gotas de lágrima artificial o suero fisiológico). Colocarla de nuevo y si continúa la molestia, desechar la lentilla y colocar una nueva. Comentaremos al contactólogo la incidencia en el próximo control, por si pudiera ser un problema puntual o si es preciso tomar alguna determinación al respecto.
Si en la utilización, percibimos emborronamiento, picor o una sensación molesta, hacer varios parpadeos y/o instilar una gota de lágrima artificial. Por lo general, esta incidencia debería desaparecer si no se trata de un problema importante. Si aún y así es persistente, deberemos quitar la lentilla y consultar al contactólogo.
Toda esta problemática, se intensifica cuando se esta acompañada de factores externos, que reducen la película lagrimal como un incremento de la temperatura, del aire acondicionado, la disminución de la frecuencia del parpadeo, etc., algunos de los cuales se originan principalmente por el hecho de usar lentillas de contacto.
Fuente: Lentillas a domicilio
